Disfrutar de la alegría de ganar

Ganó el Real Valladolid en Lugo, por primera vez, pese a remar contracorriente con todas las decisiones que el trencilla de turno tomó. Sin embargo, en el defecto de uno encontramos la virtud del otro. Las decisiones equivocadas de Sagués Oscoz, que perjudicaron claramente a los pucelanos e hicieron enfadar al alcalde Óscar Puente, hicieron que los vallisoletanos sacaran el orgullo para llevarse los tres puntos. Ni la roja a Weissman lo era, ni el penalti de Roque Mesa por mano lo era e, incluso, tengo dudas de que sea falta en el inicio de la jugada de Fede San Emeterio que termina con gol de Alcaraz. Y pese a ello, 0-2 y sensación de haber controlado el partido jugando 45 minutos con 10.

Ayudó, y mucho, que Roberto parara el penalti. Cambio el partido. Porque no es lo mismo jugar con 10 ganando que yendo empate. Estuvo acertado el meta madrileño que tiene que sumar muchos puntos, cosa que hasta ahora no ha hecho. Ayer ganó dos o incluso tres. Se celebra. Como se celebra que Roque Mesa, habiendo sido de los mejores en las dos primeras jornadas, destapara el tarro de las esencias en Anxo Carro para dar un pase mágico a Weissman, que éste aprovechó. Se le vio al canario mucho más cómodo. El dibujo 3-4-3, con Alcaraz al lado le permite participar mucho más en ataque, no tener tantas obligaciones defensivas y sumar. Este cambio dio mucho equilibrio al equipo. Pacheta llegó a él casi obligado por la ausencia de delanteros y puede quedarse perfectamente. Debería.

¿Y Toni? Da la sensación de que esta va a ser su temporada. Ya lleva dos goles en tres partidos, pero, además, inició la jugada del primer gol poniendo la pausa cuando era preciso y el pase al instante. El murciano está de dulce y volvió a marcar igualando ya su cifra de goles de la temporada pasada y de otras dos de sus tres campañas anteriores como blanquivioleta. En la tercera no mojó. El menudo futbolista blanquivioleta lo tiene todo para ser feliz en el Real Valladolid. Más cerca de la portería contraria, más centrado en el campo, con más participación, con su mujer esperando un bebé y su "hermano" Anuar, de nuevo, en la plantilla. Todo felicidad para Toni. Y ya se sabe que cuando una persona, un trabajador, es feliz, rinde mucho más.

Si la victoria ante el Real Zaragoza fue valorada como buena porque sobre victorias es más fácil construir, la de Lugo debe ser valorada porque el equipo mostró una calidad, una pegada y un oficio clave para ser importante en Segunda. Estamos empezando y el Pucela ya es segundo, pero falta tanto... Disfrutemos de la alegría de ganar.