A ver si alcanza

El gran misterio del Barcelona en la Champions está en responder a la aseveración que planteó Lionel Messi hace una temporada y media cuando pronunció la frase que hasta nueva orden debería estar esculpida en mármol en los despachos de Arístides Maillol: “No nos alcanza”.

El Barcelona llegaba al sorteo de Estambul consciente de que no era favorito. La fase de ser favorito se acabó hace mucho por la de construir castillos en el aire que se derrumbó mientras el actual jugador del París Saint-Germain pronunciaba eso de que “no nos alcanza”.

El objetivo claro del Barça es pasar a octavos y lo más probable es que sea como segundo de grupo. A día de hoy, el Bayern es claramente superior al equipo blaugrana. La cuestión está en conseguir una fotografía mejorada después del 2-8. No parece ser demasiado complicado.

El problema está en que la entrada del Benfica como tercero en discordia del grupo obliga al equipo de Koeman a estar con todas las luces de alarma encendidas. El equipo lisboeta puede complicar a cualquiera. Y si con el Bayern el Barça tiene un trauma, los culés muy veteranos lo mantienen con el Benfica. El sorteo llevaba una pinta de que si en cuarto bombo llega a estar el Steaua, tocaba seguro. Porque, si es por vibraciones, el Barça jugará contra el equipo que le metió 2-8 y en el estadio donde encajó el 2-8...

Pero a falta del Steaua, tocó el Dinamo, equipo que ya creó un trauma en años de Shevchenko y Rebrov que se conjuró el año pasado con el doble enfrentamiento ante los ucranios, que en el Camp Nou jugaron un muy bun partido en el que pagaron su juventud. Tienen un año más.

No es el grupo de la muerte, pero va a exigir a un Barça que va a tener que comprobar a ver hasta dónde le alcanza.