¿Una Liga más aburrida o sólo más ajustada?
Pasa todos los septiembres. Mientras aparecen coleccionables inverosímiles en los kioskos, la marca del bañador inicia su retirada, se renuevan los propósitos de año o vuelven a sonar sirenas en los recreos, regresa el debate sobre la competitividad perdida de LaLiga española. ¿Dónde está Indiana Jones cuándo se le necesita? Aunque este septiembre el debate se presenta cebado por la ausencia de Messi y de grandes fichajes (a la espera de Mbappé) y con la resaca del "cerocerismo" en las dos primeras jornadas. La falta de gol se siente directamente como falta de nivel. El sopor de la dictadura de lo táctico. Los defensas triunfando en los vídeos de highlights.
Parece que la pregunta a plantear esta temporada es un poco diferente: ¿Estamos ante una competición más aburrida o simplemente ante una competición más ajustada? ¿Era más atractiva una goleada sistemática del Real Madrid o FC Barcelona ante cualquier equipo que un empate reñido? Durante 15 de los últimos 20 años sólo hemos visto a dos campeones. Residualmente aparecía un tercero, un cuarto, un quinto retorciendo las quinielas, pero parecía de paso. Llevábamos años atrincherados en el armario de Homer Simpson. Una narrativa única que se ignoró convenientemente hasta que otras ligas europeas empezaron acumular más cromos que nosotros, aunque la procedencia del dinero de algunos de esos cromos sea bien distinta.
Tenemos el ejemplo de la temporada pasada: más de ocho equipos peleando por entrar en Europa, cuatro candidatos al título, la cabeza de la competición por debajo de los 90 puntos. Esta perspectiva parece, a priori, más entretenida que un punto fijo. Estas semanas estamos viendo cómo aficionados se suben al carro de causas perdidas, piden asientos preferentes para entrar en el de Bale, se agarran a lo que buenamente pueden. Una liga imprevisible genera carros imprevisibles. No sé si nos dejará más espectáculo que temporadas anteriores, pero quizá sí nos deje menos hipotecas.