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La Liga de Ibai, Messi y 'Torpedo' Müller

De todas las sensaciones que solía traer el final del verano para los que todavía sienten el tatatachán de una canción del Dúo dinámico, la cercanía de la Liga era una de las pocas realidades que mitigaban la angustia. El comienzo del desasosiego solía coincidir con el Trofeo Carranza, y se consolidaba con el Gamper y el Bernabéu, hasta que empezó a desaparecer el mundo como lo conocíamos cuando los torneos veraniegos dejaron de ser cuadrangulares: aquellas primeras jornadas de Liga sin colegio hasta mediados de septiembre (también las clases empezaban más tarde) sabían a gloria, a prórroga in extremis entre listas de libros de texto, cartas de los amigos de vacaciones, padres sin saber dónde diablos dejar a los críos y una luz del sol en fuga, declinando. Días de normalidad con sordina, con inquietud de domingo por la tarde. El verano ya no es lo que era, y el fútbol tampoco. Sólo septiembre sigue trayendo su aroma a primer día de escuela y a libretas nuevas. Las tres primeras jornadas de Liga, con su parón de selecciones se adelantaron, al margen del verdadero inicio del año para muchos de los que manejamos el calendario temporada a temporada.

Por un momento, este año pareció que la melancolía iba a ser peor que antaño, que iba a agotarse el fútbol por la marcha de Messi o que iba a declararse una Liga desierta y le íbamos a dar la copa a Ibai Llanos. Pero fue un espejismo. Los cromos volvieron, Mestalla abrió el fuego, el Espanyol regresó a su hábitat natural, el Real Madrid se puso líder y recordamos que ya habíamos superado que Eric Castel fichase por el PSG en los tebeos. La muerte de Gerd Müller, el Torpedo de las imágenes en Telefunken de nuestra infancia, nos ayuda a valorar los recuerdos que dejan los más grandes y, a la vez, el peso del aquí y ahora. Pero, sobre todo, el regreso de la hinchada a los campos tras la travesía del desierto pandémico, ha sido la prueba, dolorosa por los que ya no están, de que la vida sigue sin mirar atrás. La memoria la hacemos nosotros. Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es la Liga.