La lesión de Ceballos
Mucho se esta hablando y escribiendo sobre la lesión de Ceballos y no siempre con criterios médicos acertados. Vaya por delante que el jugador, haciendo gala de su pundonor, entrega y compromiso con la camiseta de España, hizo lo que debía de hacer. No abandonar el barco a la primera e intentar recuperarse lo más rápidamente posible para poder poner su granito de arena en la obtención de la medalla olímpica. Antecedentes importantes ya ha habido en el Real Madrid. Concretamente con el portugués Figo, que en el año 2002, en un partido de la Liga de Campeones, sufrió una dura entrada lesionándose su tobillo derecho. Dado los compromisos de su equipo quiso acelerar la recuperación, jugando medio tiempo en la final de Copa y agravando su lesión. Tardó muchos meses en recuperarse plenamente de la lesión. Pero el fútbol y el deporte de elite son así.
En el caso concreto de Ceballos, el diagnóstico de los Servicios Médicos de la Federación fue totalmente correcto: tras exploración clínica, en la que no se observó bostezo articular, se realizó un estudio mediante resonancia magnética, donde no se visualizaron lesiones óseas acompañantes y fue diagnosticado como "Esguince grado II tobillo izquierdo". Este tipo de lesiones las vemos en los terrenos de juegos de forma muy frecuente a lo largo del campeonato liguero. Y siempre optamos por un tratamiento conservador. El único problema es que en el tratamiento conservador el descanso es la clave del tratamiento y Ceballos (al igual que Figo hace muchos años) no ha tenido el tiempo suficiente para su recuperación.
La medicina no es una ciencia exacta y por lo tanto no se puede prever con exactitud las consecuencias de forzar en un tratamiento conservador. Pero la experiencia nos dice, después de haber tratado cientos de casos como este, que el jugador estará de nuevo en los terrenos de juego sin problemas. El diagnostico del Real Madrid, médicamente, no difiere del dado por los servicios médicos de la Federación. Ceballos lo intentó. Los servicios médicos de la Federación lo intentaron y el jugador quería jugar en la semifinal, pero el buen saber y hacer del seleccionador prefirió no arriesgar más de la cuenta. Y acertó de pleno.
En el deporte profesional siempre he insistido a mis deportistas en que "no hay honor sin dolor". Y que hay ocasiones en las que hay que arriesgar (con conocimiento real de causa) y en la mayoría de las veces acertamos y otras, como esta, no se ha llegado a tiempo. Ahora no queda más remedio que seguir con el tratamiento conservador, sin prisas. Porque si queremos acelerar su recuperación, la incógnita en cuanto a tiempo de su recuperación estará servida. Y el que quiera crear polémica entre los servicios médicos de la Federación y los del Real Madrid, desde aquí mismo les digo que poca, muy poca experiencia tienen en este tipo de lesiones.