Messi es la tercera estrella Michelin
A Messi le correspondería regresar al trabajo mañana, igual que lo harán Agüero y Emerson. Ya anda por aquí, pero no se incorporará hasta que tenga firmado el contrato y LaLiga le dé el plácet. Para ello, el Barça necesita una reducción salarial de 200 millones, que está aún lejísimos. Estos años se han ido disparando los sueldos, no sólo el de Messi, hasta el punto de que otros seis (Piqué, Busquets, Jordi Alba, Dembélé, Coutinho y Griezmann) cobran más que el primero del Madrid. Ahora Mateo Alemany trabaja para aligerar eso, colocando a alguno o dilatando pagos. Con Messi ya hay un acuerdo, pero falta encajarlo en el total.
El otro día, Ángel Torres, presidente del Getafe, dijo que para LaLiga sería una pérdida seria. Ya sufrimos con la marcha de Cristiano, ahora la de Messi equivaldría a perder la tercera estrella Michelin. Me consta que lo mismo que Torres piensan otros: se perdona que te zurza a goles un par de veces al año a cambio del prestigio que reporta al campeonato. Distinto, claro, es el caso del Madrid y el Atlético, competidores directos del Barça que sí han hecho un esfuerzo de contención de las demandas insaciables de los futbolistas que Bartomeu no fue capaz de hacer. Tebas también quiere que siga, pero necesita un plan que tenga una mínima verosimilitud.
La tarea de Alemany no es fácil. Han llegado Memphis, Emerson, Agüero y Eric García, no han salido Dembélé, Griezmann ni Coutinho, sólo piezas menores, Matheus, Trincão y Aleñá. Ahora aprieta a los capitanes para que se rebajen un 40%. En los primeros sesenta tres hombres de la casa, Sadurní, Rifé y Fusté, ofrecieron bajarse sus salarios en un apuro del club. Lo que ganaban era insignificante frente a lo de estos, que resuelven su vida y la de sus nietos con la ficha de un solo año, pero… Otros tiempos, claro. De los de ahora mucho será que consiga dilatar pagos. Me intriga saber cómo cuadrará Alemany esto. Pero lo cuadrará.