La grabación de Abellán a Florentino

Formo parte de un muy amplio colectivo que ha escuchado a Florentino hablar así de Raúl, de Casillas y de otros. Ese colectivo incluye a todos los periodistas deportivos relevantes de Madrid, a un gran número de presidentes de clubes con ocasión de las comidas de amistad en días de partido y, sobre todo, al desfile de personalidades que pasaron por el palco del Madrid en los años en los que jugaban aquellos dos fenómenos, que hoy se sentirán incómodos. Para ninguno de nosotros es sorpresa encontrarse con esos juicios, desdeñosos hasta lo ofensivo. Florentino tiende a ser lenguaraz. Si acaso la sorpresa sería que existiese tal grabación.

El comunicado del club acusa a José Antonio Abellán, que la habría obtenido ilícitamente. Es muy probable. El propio Abellán me ofreció al poco del regreso de Florentino en tres cenas sucesivas material para As que, según él, haría estallar el club. Tengo testigo, el entonces CEO de PRISA, José Luis Sáinz, al que incorporé desde la segunda cena. Insistía en que lo que tenía era tan grave que podría provocar la desestabilización del club y hasta me sugirió, pienso que con maldad, el absurdo de que PRISA preparara un presidenciable, cosa totalmente ajena a la forma de ejercer el periodismo de esta casa. Nada me podía interesar menos que semejante cosa.

Entendí que me estaba grabando y suspendí cortésmente los encuentros. A Florentino sí le grabó algún tiempo antes. Estaban entonces a partir un piñón porque Abellán persiguió encarnizadamente a Calderón, cuya caída abrió las puertas de par en par al regreso de Florentino. Con ese material hizo un libro sin impacto porque la mejor manera de guardar un secreto en España es ponerlo en un libro, pero ahora aquello truena desde El Confidencial y Florentino se presenta como víctima de una maniobra contra la Superliga. Me parece forzado. Más bien es víctima de sus amistades del pasado. Es el ‘pásado’ que vuelve, como cantó Gardel.