De capullo a mariposa

España crece partido a partido de forma exponencial. Aunque creo de verdad que no hay tanta diferencia en cuanto al juego del primer partido frente a Suecia al último encuentro contra Croacia. Han ganado en unión, en efectividad y en reconocer errores. El propio Luis Enrique ha retocado su once inicial moviendo sus fichas de manera estratégica. No acababan de cuadrar dos centrales zurdos, como tampoco finalmente le convenció Llorente como lateral y Gerard Moreno en banda. Después del desapego de la afición en torno al equipo de Luis Enrique debido a las grandes ausencias en la convocatoria, a los nuevos desconocidos, a la falta de puntería y al ¨tiki taka¨ horizontal estéril, se ha producido una maravillosa metamorfosis. Un cambio radical cuando más se necesitada.

De no tener gol a marcar de cinco en cinco. Un registro espectacular teniendo en cuenta los problemas de efectividad con los que comenzó la Eurocopa; de no tener carácter a remontar un partido después de cometer el error más grotesco de toda la Eurocopa; de no tener líderes a tener un capitán que es cada partido el MVP; de aburrir a las moscas, a levantar pasiones y entusiasmar a una afición que recordará el enfrentamiento frente Croacia toda su vida; de la peor audiencia en un partido inaugural desde 2008 a llegar a los 8 millones de espectadores frente a los balcánicos.

La finísima línea que separa el fracaso del éxito en esta Eurocopa, nos ha dado muchas lecciones: las estrellas no relucen en competiciones internacionales tanto como sus entrenadores; los jugadores no pueden llegar en óptimas condiciones a una Eurocopa después de competir durante 12 meses consecutivos; para la UEFA, los vivos colores del arco iris no son tan importantes como el color negro; el buen rendimiento individual en la Eurocopa no te regala un billete para las olimpiadas; la edad ya no importa y jugadores jovencísimos como Pedri o el inglés Bukayo Saka no tienen ningún apuro en echarse el equipo a su espalda; el fútbol no entiende de lógicas, se ha cargado a los que seguro iban a ganar: Francia, Portugal y Alemania; el fútbol de Ceferin ya no es el del pueblo. Los aficionados no pueden desplazarse a otros países a causa de la pandemia y debido al poco tiempo para planificar sus viajes. Y sobre todo hemos aprendido que nunca hay que perder la fe y dejar de intentarlo: ¿Verdad Morata?

Queda mucho por hacer, no se ha conseguido nada pero "oye, nadie nos quita "lo bailao" y ya estamos entre las ocho mejores". Así que, si tiramos de curriculum, de precisión suiza y de ilusión estamos casi, casi en semis y ahí nos veremos cara a cara con el mejor 9 del mundo, Romelu Lukaku o con el muro infranqueable que forman Chiellini y Bonucci. Quién lo diría hace solo tres partidos.