El chaval de Barrika soñó con ser Seve... y lo logró

"Esto es por Seve, sé que él quería ganar este torneo". Las primeras palabras de Jon Rahm fueron para recordar a su ídolo, a aquel marciano de Pedreña que colocó a España en un deporte ajeno al interés de nuestro país. A poco más de 100 kilómetros nacía, en 1994, en el barrio de San Telmo de Barrika un chaval tímido y callado que pasaba mucho tiempo entre adultos hijo de una maestra de escuela y cuyo padre fue concejal del PNV en el pueblo. El golf y el Athletic centraban sus pensamientos de niño y desde el Club de Golf Larrabea de Legutio se lanzó al mundo con la firme idea de emular a su ídolo: Seve Ballesteros.

Ahí comenzó un sueño casi imposible que le llevó a Arizona State. Tim Mickelson se fijó en él y su hermano Phil le apadrinó. Y San Diego se convirtió en el segundo Barrika. El campo de Torrey Pines es su lugar fetiche. Allí ganó su primer torneo del PGA, pidió matrimonio a su mujer Kelley y ha ganado su primer major: el US Open. El Grande que siempre soñó ganar Severiano. Los que le conocen de cerca aseguran que su corazón es mucho más grande aún que el talento que encierra en su corpachón de 188 centímetros. Quería ganar en California por Seve, para festejar el día del padre junto a su aitá Edorta, por su hijo Kepa... y para devolver la ilusión en el golf a un país que tiene un nuevo ídolo de 26 años. Vendrán más, no lo duden.