El toque de atención de Busquets y Rahm
El deporte ha pasado por diferentes fases desde que la OMS declaró la pandemia en marzo de 2020. La primera fue de cierre absoluto, de cancelaciones y aplazamientos, de saltos hacia delante a la espera de tiempos mejores. La segunda, que arrancó en verano, resultó un regreso progresivo de las competiciones en burbujas herméticas. A partir de ahí comenzó un cierto aperturismo con los viajes, con la grada… A diferentes velocidades, según el deporte y el país, en paralelo a la propia evolución social. Así se ha llegado a la situación actual, en la que se mantienen medidas de prevención y de control, pero en un estado creciente de relajación, el mismo que se respira en la calle. El cansancio acumulado en tantos meses de privaciones, el optimismo creado por el avance de las vacunas, el descenso de las cifras trágicas… Hay muchos factores que a veces nos hacen olvidar que el virus sigue amenazante, hasta que la realidad nos despierta de golpe. Eso ha ocurrido también en el deporte en las últimas fechas. Los nombres de Jon Rahm y Sergio Busquets son un claro toque de atención. Y no los únicos.
Rahm perdió el título en The Memorial por un positivo cuando lideraba el torneo y ahora peligra incluso su participación en el US Open. El caso de Busquets ha puesto en jaque a la Selección con la Eurocopa a la vuelta de la esquina. También el Real Madrid de baloncesto disputa las semifinales con dos afectados, Alberto Abalde y Felipe Reyes. En meses precedentes, una preocupación de los deportistas españoles que aspiraban a los Juegos era sufrir un positivo que truncara su presencia en Tokio. Se ha solucionado con la vacunación masiva de la expedición olímpica. Una medida que bien se podría haber extendido a otros deportistas con representación internacional. El avance actual en España lo permite. Mientras tanto,la otra solución también es conocida: precaución individual. Y no siempre la ha habido.