Esa sonrisilla...
No se nos borra de la cara la sonrisilla a los atléticos. Ni falta que hace, además. Los humanos nos pasamos la vida buscando motivos para sonreír, y ahora que tenemos uno bien grande no le vamos a hacer un feo.
Ahora, por ejemplo, nos hablan del recibo de la luz y nos duele mucho a todos, pero la sonrisilla no se nos acaba de ir. No se es campeón de liga todos los años. Sólo en Alemania. Otro día se habla de los indultos, o del batacazo en Eurovisión, pero esa ligera sonrisilla del atlético sigue ahí, inamovible.
El otro día toqué en la sala Barts de Barcelona, y para presentar la canción “La del pirata cojo” conté que una noche en mi casa Joaquín y yo empezamos a componer esa canción que lleva letra de Joaquín, en la que mi compadre nombra una lista de profesiones o situaciones excitantes en lugares excitantes, por ejemplo taxista en Nueva York, o tahúr en Montecarlo, o mercader en Damasco, o Luis Suárez en Madrid... la gente soltó una pequeña carcajada, porque la gente sabinera es educada y amable, además de inteligente y de saber encajar bien las bromas aunque sean muy poco pesadas.
Por ende, los atléticos y los culés tenemos cierto grado de afinidad. Y ellos han estado muchos años con esa sonrisilla que nosotros lucimos ahora, así que nos entienden perfectamente. Yo lo dije porque pienso realmente que sin Suárez seguramente no habríamos ganado el campeonato.
Así que sigamos disfrutando de esa sonrisilla antes de que alguna fea realidad nos saque del humilde ensueño en que nos encontramos. Deportivamente, creo que ni el futuro incierto de la Selección nos borra la sonrisilla a mí y a mis queridos melancólicos. Solamente algún anuncio de marcha de Simeone, o de nuestro Lucho, o de algún otro peso pesado podría cambiar esa sonrisa por una mueca.
Desempolvad las camisetas y llevadlas por la calle con orgullo, yo me puse la de Anfield 2020 y no me la quito ni para dormir. La de Llorente, claro.
Y sigo sonriendo.