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La única obsesión debe ser regresar a Primera

Valladolid

Miguel Ángel Gómez ya no es el director deportivo del Real Valladolid desde el pasado domingo. En la balanza pesan más sus aciertos que sus errores, al menos desde mi punto de vista. Lograr un ascenso casi increíble, tras cesar a un entrenador que manejaba una plantilla que demostró que era mejor de lo que Luis César era capaz de aprovechar. Esa decisión de cambiar al técnico fue clave en el devenir de los acontecimientos posteriores y permitió que Sergio cambiara el aire que soplaba en el equipo y lograra en ocho partidos meterlo primero en el playoff y después arrasar en los cruces al Sporting y Numancia.

Gómez ha sido lo que yo entiendo por un director deportivo; más allá de limitarse a fichar, ha intervenido, mientras le han dejado, en la labor de crear club y de dirigir. Ha ido creando un amplio equipo de trabajo y su voz ha sido escuchada mientras hubo quien quisiera oírla. Lástima que cuando quiso cambiar al técnico esta temporada Ronaldo no le hiciera caso, basándose en esa peregrina idea del 55% de los cambios de entrenador, un dato poco fiable; Ronaldo debería saber que en el fútbol no todo son números y las sensaciones intervienen mucho en las decisiones.

Ya que menciono a Sergio, él sabe defenderse solito y estoy seguro que está dolido, ya que ha pasado de estar a la altura de Mendilibar o Djukic a irse por la puerta de atrás, habiendo perdido todo el cariño de la gente, aunque seguramente el tiempo le hará justicia. Lograr ese ascenso insospechado y mantener al equipo dos campañas con presupuestos mínimos no es baladí. En ese saco va también Miguel Ángel Gómez, que ha hecho plantillas sin tener casi presupuesto y se debe apuntar esos éxitos.

Ahora llega el momento de empezar de nuevo, pero no de cero. Hay mucha base que deja el director deportivo saliente. Falta que Ronaldo sea profesional y quite la 'L' de presidente en prácticas y se rodee de profesionales que conozcan lo que se trae el club entre manos. Un director deportivo que conozca el mercado de Segunda y la Liga y que a su vez recomiende un entrenador que sepa lo que hace. Los experimentos con gaseosa, ya que luego toca mirar de reojo y ver equipos como el Zaragoza, sigo bajando, el Depor o el Numancia. El Pucela es otra cosa y volver a Primera debe ser la única misión y obsesión.