Al Zaragoza le sobraron dos minutos

Al Real Zaragoza le sobraron dos minutos y el descuento en Son Moix. El equipo aragonés, refrescado por Juan Ignacio Martínez con hasta siete cambios (Ratón, Vigaray, Jair, Zanimacchia, Sanabria, Chavarría y Toro Fernández), se adelantó con un penalti a instancias del VAR que volvió a materializar Zanimacchia y tuvo el partido controlado durante una larga fase, pero el Mallorca pisó el acelerador en la segunda parte y logró darle la vuelta al marcador en el minuto 88. El Zaragoza, liberado por la permanencia matemática, dio la cara frente a un rival ascendido, pero se le acabó escapando un punto que hubiera ayudado a maquillar sus números.

Pero que nadie se confunda, porque esta plantilla, aunque al final acabe en la décima o undécima posición, dista muchísimo de ser una aspirante a pelear por el ascenso a Primera División, el que debe ser un objetivo irrenunciable, por lo que se hace imprescindible una reconstrucción general, poniendo el interés del club por delante de todo, sin sentimentalismos ni hipotecas. JIM ha obrado un verdadero milagro, pero el Zaragoza no puede seguir jugando con fuego. La sociedad anónima se encuentra ahora inmersa en una negociación para el cambio de propiedad, que debe proporcionar la entrada de capital suficiente como para reducir sustancialmente la deuda y aumentar de forma clara el límite salarial marcado por LaLiga, lo que daría munición al máximo responsable deportivo para confeccionar un plantel a la altura del desafío. Y eso no se sustancia con seis o siete fichajes, salvo que sean diferenciales en la categoría. Hace falta un giro completo, especialmente de medio campo hacia arriba. Hace falta un nuevo Zaragoza. A todos los niveles.