Ronaldo, debes disculparte
No sé a ti, pero a mi esta semana se me está haciendo larga, pesada y tediosa. Casi no hemos terminado de asimilar el desastre y, aun así, todavía tenemos que pasar por la estación de una última jornada en la que solo una carambola milagrosa y extraordinaria podría cambiar el sino del Real Valladolid. Está claro que, pase lo que pase en este lance final, el balance seguirá siendo el mismo. Y en la búsqueda de responsabilidades de esta calamitosa temporada la figura de Ronaldo Nazário emerge por encima de cualquier otra. El foco hace mucho tiempo que se alejó de un entrenador que debió ser destituido hace muchos meses.
A Ronaldo se le advirtió, le pusieron varios nombres sobre la mesa para sustituir a Sergio. Todos a su alrededor veían la empicada deriva del equipo, pero la obstinación del presidente en mantener al entrenador se impuso y nadie, ni nada, pudo cambiar su idea. Es verdad que un giro en el banquillo no es garantía total de éxito, pero sí era garantía de descenso la dinámica del equipo, por lo que se exigía ese tratamiento de choque y no la inacción que ha terminado por abocarnos a este decepcionante final.
Ronaldo se ha equivocado en la decisión más importante que tenía que haber tomado desde que es presidente del Real Valladolid, y ahora, en un gesto honroso debería pedir perdón, pero cuidado, no solo por este error. Debería disculparse también por no estar al lado del equipo en los momentos más difíciles. No es comprensible que el día en que el Real Valladolid puede descender a Segunda División, su presidente, nuestro presidente, esté ausente, eso no puede ser. Como tampoco puede ser que solo un día después del ridículo de Anoeta aparezca en una fotografía brindando con champán en un velero en Formentera. La mujer del César, además de ser honesta, debe parecerlo. Ya sé que no está brindando por el descenso, pero os aseguro que a mí ese lunes no me apetecía brindar por nada. Hoy, el ejemplo a seguir es el de la presidenta del Eibar, dando la cara sobre el mismo campo en el día más doloroso para su club, para sus jugadores, para su cuerpo técnico y sobre todo para sus aficionados.
La gestión de un club de fútbol no es como la de cualquier otra empresa, porque detrás de esta hay una gran afición, una gran ciudad y, sobre todo, muchos sentimientos. La autocrítica nos ayuda a crecer y a mejorar, y ojalá el presidente esté ahora en ese proceso. Ronaldo tiene que hacer propósito de enmienda y pedir perdón. Ronaldo, debes disculparte.