Una semana de agonía
Pese al ridículo en Anoeta y llevar una victoria en los últimos 20 partidos, el Real Valladolid llegará a la última jornada con una mínima posibilidad de salvación.
El Real Valladolid afronta la última semana de competición como el animal que va al matadero, o peor, porque, al menos, estos mamíferos no saben lo que les espera. En el vestuario blanquivioleta, sí. El descenso a Segunda. El hecho de que el Huesca perdiera su partido ante el Betis (1-0) deja un mínimo resquicio para soñar, a los que quieran soñar, con una permanencia tan improbable como injusta si se produjera después del ridículo de San Sebastián. Un equipo que sólo ha ganado un partido en toda la segunda vuelta no merece otra cosa que no sea el descenso. Y lo hará con todo merecimiento porque los números son tremendos: cinco victorias en toda la Liga, sólo una en la segunda vuelta, ha encajado goles en 34 de los 37 partidos, no ha dejado su portería a cero en 18 duelos en Zorrilla y es el rey del empate, con 16.
La carambola para que el Real Valladolid no sea equipo de Segunda el sábado a las 21:00 horas es de las de campeonato del mundo. Primero ha de ganar al Atlético de Madrid que llega a esta última jornada líder y depende de sí mismo para ser campeón si gana. Los pucelanos que sólo han vencido en tres de sus partidos en casa deben ganar al líder, mejorando mucho la imagen de Anoeta. Si esto sucediera, debe esperar que el Elche no gane su partido ante el Athletic de Bilbao, de vacaciones ya, y con público en el Martínez Valero y, además, que el Valencia derrote al Huesca en El Alcoraz. Tres resultados para un objetivo: la salvación. Muy complicado.
Por eso, la semana va a ser de agonía, de intentar ver la luz donde la oscuridad es casi completa. De ir camino del matadero, del infierno, de Segunda División. Con cuatro sesiones, ya tres porque la primera se ha producido esta mañana, para intentar recuperar la moral de los jugadores por si aparece un hilo de esperanza. Mañana martes los jugadores descansan y volverán al trabajo de miércoles a viernes para jugar el sábado e irse de vacaciones... haya milagro o no.