La decisión de Zizou
Lo cambia todo. Dentro del vestuario blanco, donde hay buenos colmillos retorcidos, existe la sensación de que al segundo ciclo de Zidane en el Real Madrid le quedan cuatro partidos. Lo normal es que el francés siga convirtiendo en evasivas todas las respuestas al respecto hasta que la Liga esté definida para bien o para mal. El 'Plan Renove' del Real Madrid vendrá muy marcado por su continuidad o por su sustituto. Está claro que Florentino y José Ángel Sánchez trazarán la estrategia, pero ésta no se puede dibujar sin saber a qué quiere jugar el entrenador. Incluso si esa apuesta fuese Raúl, que sería lo lógico y lo mejor, dicho sea de paso, esas preferencias en cuanto a confección de la plantilla variarían.
La criba de generales. Después del baño físico del Chelsea con un tremendo Kanté parece tentador cargar las tintas con los jugadores de más edad, que llegaron exhaustos a las más que meritorias semifinales. La aportación de Sergio Ramos, Casemiro, Kroos, Modric y Benzema es bastante difícil de cuestionar, pero resulta indefendible que la columna vertebral de 2015 pueda mantener un ritmo de 50 partidos seis años después. Todos ellos tienen aún, al menos, 30 partidos de altísimo nivel, muy difícil de superar por otros jugadores en el mercado. Esa mala planificación del club en cuanto a no cubrir la carencia de gol con Jovic o Mariano y potenciar la segunda unidad, con la cesión flagrante de Odegaard por mucho que pidiese irse, han lastrado al equipo blanco.
La risa de Hazard. Inoportuna por el momento, pero anecdótica, sus disculpas deberían valer para evitar el escarnio. Tengo la sensación de que el gran objetivo del belga para esta temporada es llegar bien a la Eurocopa. Ya sería preocupante que Zidane considerase que las cuatro finales que quedan resultan apropiadas como terreno de pruebas para que acabe levantando el vuelo. El único consuelo es que una buena actuación con Bélgica levantaría su caché.
El final de Liga. Cuesta mucho creer que no vayan a perder puntos todos los implicados. El Sevilla ya aparcó su sueño ante el Athletic. Barcelona y Atlético juegan entre sí. El factor anímico lo va a marcar todo. El Barça tiene el comodín Messi, pero una enorme fragilidad atrás. El Atleti lleva en la mochila la cantidad de terreno que se dejó comer y el Madrid necesita pilas sin tiempo para recargarlas. El Madrid se enfrenta en apenas siete días a los de Lopetegui, Granada y Athletic, tres de los equipos más exigentes físicamente del campeonato. Un desenlace apasionante para la segunda mejor Liga del mundo.