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San Cristian obra el milagro

Zaragoza

Cristian Álvarez, tantas veces salvador, irrumpió esta vez como un coloso en el área del Lugo para darle al Real Zaragoza en un largo descuento un empate que puede ser decisivo para la permanencia. Una derrota en el Anxo Carro hubiera metido al equipo de Juan Ignacio Martínez en un gran lío, pero el portero argentino ejerció como nunca el papel de héroe y mandó a la red un cabezazo bombeado cuando el duelo agonizaba. Todavía habrá que sumar cinco puntos más y, probablemente, sufrir hasta el final, pero el portero argentino evitó en Lugo un verdadero desastre.

JIM dijo en la víspera que “si sales a empatar, pierdes seguro”, pero sin mirar a la portería contraria resulta imposible ganar. Y el fútbol del Zaragoza en toda la primera parte careció de intención. Fue un dominio irreal frente a un Lugo con las ideas más claras, que sacó partido a un minuto del descanso de su única virtud: el balón parado. No hubo un solo disparo entre los tres palos y sólo Bermejo inquietó en una ocasión a Varo. El Zaragoza es un equipo limitadísimo, pero dejar en el banquillo a Eguaras y en menos medida a James es rebajar aún más sus posibilidades de ganar un encuentro vital para la permanencia.

El Zaragoza tuvo que afrontar la segunda parte a la desesperada, buscando el mal menor del empate y, por suerte, volvió a aparecer al rescate del equipo y del entrenador Iván Azón, que lo pelea todo, para forzar un clarísimo penalti del portero, que transformó Adrián. El empate y la inmediata salida de Eguaras lo cambiaron todo. Azón rozó el segundo gol con un gran cabezazo, ratificando de nuevo que su suplencia era una injusticia insostenible, y Adrián tuvo la sentencia a un cuarto de hora del final con un testarazo que sacó Venancio bajo palos. Pero cuando mayor y más claro era el dominio del equipo aragonés, Venancio, libre de marca en el segundo palo, resolvió un córner para darle una segunda ventaja al Lugo. Varo le negó después por tres veces el empate al Zaragoza, pero cuando nadie lo esperaba apareció San Cristian Álvarez para obrar el milagro y hacer justicia.