Les llenamos el campo y nos quieren ganar
"Les llenamos los campos y encima nos quieren ganar". Dicen las malas lenguas que Santiago Bernabéu comentaba esas cosas cuando visitaba los campos modestos. Liderar es duro. Dar ejemplo, soportar las envidias, aguantar las puñaladas de los que quieren tu trono, saber ganar, saber perder, ser generoso, competir a todas horas, desear más que nadie la victoria y no rendirse. Y no patalear cuando te hacen trampas. Y al Real Madrid le están haciendo trampas y el árbitro no ejerce. Florentino Pérez ha querido repetir la fórmula de Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham con Neymar y Mbappé y no ha podido porque ya no compite con clubes, sino con Estados árabes y la UEFA lo permite porque es comisionista del petróleo como se demostró en la designación de Qatar para el Mundial (FIFA) o en la Supercopa en Arabia (RFEF).
La competición no es de la UEFA y menos de los Estados. Es de los aficionados, cuya organización natural son los clubes, de los que no se salva ninguno. El que no le usurpó el poder a los socios, lo ha comprado, pero ninguno ha cedido el poder a la gente. Las federaciones, perseguidas hasta por el FBI y haciendo espantajos como la Liga de Naciones, han perdido su credibilidad para liderar el fútbol. Con la afición desamparada, "aquí no se salva ni dios, lo asesinaron", que escribió Blas de Otero.