El Madrid llega con la llanta en el suelo
Una plantilla depauperada ya por los ahorros (recordemos que este verano salieron James, Bale y Brahim, y ya esta temporada Borja Mayoral, Jovic y Odegaard) se ve a estas alturas del curso en los huesos, sacudida por la fatiga, las lesiones y el fantasma de la COVID, que picotea de cuando en cuando, más alguna suspensión que siempre cae. Eso se hizo muy notable en el partido de Bérgamo, con aquel banquillo copado por canteranos. Y se acusó tanto o más ayer, cuando sólo pudieron salir cuatro titulares, Courtois, Modric, Asensio y Vinicius, y Rodrygo tuvo que jugar en el medio campo, donde ni se encontró ni le encontraron.
Suerte para el Madrid que el Getafe tiene un gran problema de gol, mayor aún por la reticencia de Bordalás a tirar más de Ángel, un diablo en el área. Sus razones tendrá. Aun así, el Madrid le debe el punto que salvó a Courtois, que tuvo tres intervenciones tremendas. Por arriba no hizo más que una jugada de verdadero peligro, un pase largo de Militao a Mariano que este transformó en gol tras eludir a Soria. El sexador de pollos lo anuló por el pelo de una gamba tirando la raya cuando el balón ya había despegado de la bota de Militao. No me convenció. A cambio, se inhibió en una jugada de Militao sobre Ángel en la que cabía el penalti.
Bien mirado, los jugadores que sacó el Madrid no son desdeñables. Muchos de ellos para sí los querría Bordalás. Pero son gente que no juega o juega poco, y tantos juntos por un día producen un efecto desordenado por falta de esos automatismos que facilitan el juego en bloque. La defensa, sin ningún titular y con un canterano, jugó muy retrasada. El equipo quedó disperso, sin enlace, con Modric e Isco afanándose para nada junto a un Rodrygo con pinta de qué hago yo aquí. Visto así el punto no debería ser considerado malo, pero le hace perder la estela del Atleti y confirma que ha entrado en la recta final con la llanta en el suelo.