Si hay alguien en la plantilla rojiblanca donde en tres minutos tenga la facilidad de sacarte de quicio o los colores, ese es nuestro Angelito Correa. El argentino, que en las últimas semanas estaba siendo señalado por su falta de eficacia, que no de compromiso, desatascó un partido espeso de los rojiblancos con un gol de picardía y otro, el cual hay que recrearse. Fueron dos toques en uno, como si el argentino en el giro hubiese sacado el DRS orientando el control y definiendo en milésimas de segundo, imposibilitando que Dimitrovic estirase la pierna. Un gol que a esa velocidad son muy pocos los que están capacitados para hacerlo. Desde su llegada, y no soy dudoso, quiero un Correa siempre en mi plantilla, como titular o revulsivo. Alguien capaz de hacer con naturalidad lo inverosímil y que se deja el alma en cualquier partido no puede faltar en mi lista de la compra.