Cristian y Azón salvan al Zaragoza (y a JIM)
El Real Zaragoza vuelve a respirar gracias a Cristian Álvarez y a Iván Azón, al que Juan Ignacio Martínez continúa relegando incomprensiblemente a la suplencia en beneficio de verdaderas nulidades como Álex Alegría o el Toro Fernández. El triunfo, imprescindible como nunca, sitúa al equipo aragonés con cuatro puntos de ventaja sobre el descenso, después de dos empates frente a rivales directos que le habían colocado a un paso del abismo, pero apenas puede tapar una actuación paupérrima, sin una jugada de ataque digna de mención.
Cristian Álvarez, protagonista negativo en media docena de partidos de este campeonato, detuvo un penalti dos años y dos meses después y salvó al Zaragoza de una más que probable derrota. El portero argentino salvó también a JIM, que sorprendió con una alineación que fue una especie de revolución involutiva, con Jair, Adrián y hasta el Toro Fernández en perjuicio de Francés, Francho e Iván Azón. Casi nada. Una entrega en toda regla a los veteranos que resultó una absoluta calamidad en la primera hora de partido y que no tuvo peores consecuencias por la providencial intervención de Cristian Álvarez al penalti lanzado por Ibán Salvador y por otra parada posterior a un obús lejano del mismo jugador azulón.
En la segunda parte no pasó nada hasta que a nueve minutos del final apareció en el campo Iván Azón y a la primera provocó el penalti de la victoria que transformó Tejero. Una acción definitiva que todavía hace más incomprensible su suplencia. Hasta el momento JIM había sido el asidero común del zaragocismo, con muchos partidarios y apenas detractores, pero incluso este triunfo, absolutamente fundamental para la supervivencia del club, no puede camuflar que su alineación de anoche, y el rendimiento del equipo, fueron de muy difícil digestión. Cristian Álvarez y, sobre todo, Iván Azón le salvaron también a él.