Ver de nuevo a la BBC me pone
Para un madridista agradecido y honesto con aquellos que nos ayudaron a ser más felices, hablar de la BBC es rememorar un tiempo increíble de éxitos, conquistas y un torrente de goles.
Es un tic inevitable en el ser humano. Mirar para atrás con nostalgia y recordar lo mejor que te dejó la vida en esa caja negra de la existencia que pocos se atreven a hurgar por si acaso. Pero para un madridista agradecido y honesto con aquellos que nos ayudaron a ser más felices, hablar de la BBC es rememorar un tiempo increíble de éxitos, conquistas y un torrente de goles que ahora valoramos ante la dificultad que tenemos para perforar las redes enemigas. No olviden que Cristiano dejó su firma en 450 goles de blanco, que Bale lo hizo en 105 y que Benzema ya va por los 272. O sea, entre los tres cantaron nada menos que 827 goles con la camiseta blanca.
Algunos merengues me reprochan que este revival no conduce a nada. Que aquello pasó y pasó. Es lógico que la perspectiva de poder fichar a jóvenes con futuro contrastado como Mbappé y Haaland motive más al personal. Pero me pregunto: ¿Si el jeque del PSG se niega a vender este verano a Mbappé y el Dortmund se descuelga pidiendo una cantidad indecente por Haaland, vamos a quedarnos con los brazos cruzados?
Yo he visto parejas rotas que, pasado un tiempo, se reencuentran. Una vez superados sus reproches mutuos, limpian sus mentes y encuentran la verdadera felicidad. A Cristiano le quedan dos años buenos de fútbol y 40 goles por curso en su insaciable mochila. Benzema seguiría siendo el artista que es pero con menos presión por tener que ser el killer que no es. Y a Bale hay que meterle en una terapia de grupo para explicarle que sin golf a todas horas también se puede disfrutar de la vida. La BBC es posible. A mí me pone.