Marc Márquez tiene ganas de intentarlo
Lección aprendida. Es la conclusión más evidente que se puede sacar de las declaraciones de Marc Márquez y su entorno sobre el desastre que supuso su regreso precipitado tras su lesión en el húmero derecho el pasado año. Aseguran que no volverán a precipitarse, que las cosas ahora se harán en tiempo y forma. La recuperación del ilerdense va por buen camino, se le ve feliz, centrado en su preparación física, entrenándose en circuitos con una moto de altas prestaciones e incluso viajando a Qatar para vacunarse contra la COVID-19. Es decir, imitando en la medida de lo posible la rutina de sus rivales en MotoGP. Porque la clave es acertar con el momento oportuno para ese retorno a la competición, sin urgencias pero sin demoras.
Mi impresión al respecto, bastante obvia por cierto, es que el catalán tiene muchas ganas de intentarlo. Le queda todavía una semana para subirse a su Honda en Losail, los avances resultan esperanzadores y no tendrá mejor criterio sobre su estado que tomándole el pulso a la competición. Estoy convencido de que Marc ha madurado, incluso más de lo previsible, durante su año en el dique seco, si es capaz de mentalizarse sobre cómo afrontar esta vuelta a la actividad seguramente dará un paso de gigante en su evolución. Le aconsejaba Agostini acabar el último la carrera y quizá por ahí vayan los tiros. Y aunque no sea su estilo, todo se puede aprender para mejorar.