El primer desafío de las Guerreras

El pasado fin de semana resultó especialmente productivo para el deporte femenino español. Garbiñe Muguruza, Queralt Castellet, Sandra Sánchez, Silvia Mas y Patricia Cantero, Sara Sorribes, el equipo nacional de katas… Todas saborearon podios internacionales de diferentes colores, igual que en fechas anteriores, sin salir de este mismo año, lo habían hecho Carolina Marín, Ana Peleteiro y Cristina Gutiérrez. Las deportistas españolas siguen arriba. Después de un 2020 con poco lucimiento por la pandemia, conviene recordar su fuerza, porque este 2021 es excepcionalmente olímpico, el verano tendremos Juegos, una competición donde las mujeres han tirado del carro en el medallero de España en las dos últimas ediciones. Tokio también espera su empuje.

Las Guerreras recorrerán esta semana un tramo decisivo de ese camino a Japón en el Preolímpico de balonmano de Llíria. Hoy se enfrentan a Suecia, un equipo con el que han empatado en los dos últimos campeonatos. La igualdad es máxima. Y el domingo lo harán contra Argentina, que nunca ha ganado a una formación del Viejo Continente. El cuarto contendiente, Senegal, se ha dado de baja. Hay dos plazas en juego, así que en teoría basta con vencer en uno de los dos choques para expedir el pasaporte nipón. Está al alcance. La motivación es alta, pero también la presión. La Selección ha mostrado últimamente dos caras, que oscilan entre la plata en el Mundial 2019, con tiro final errado para el oro, y el noveno puesto del más reciente Europeo 2020, donde se alternaron medias mitades brillantes con medias nefastas. El Preolímpico es el primer desafío de un año único para las Guerreras, porque, además de los Juegos, en diciembre asoma también el Mundial de España. Hoy suben el primer escalón de este especial 2021. Y hay que sacar la cara buena.