Una derrota que es un triunfo moral

La historia pesa mucho sobre la espalda del Elche en sus visitas a la casa blanca. Da igual cuál sea el escenario, la competición o el contexto. El desenlace siempre es el mismo. Sin embargo, en esta ocasión, el nudo fue diferente. El equipo de Escribá tuteó a los de Zidane y les llegó a poner contra las cuerdas. Con el tanto de Dani Calvo e, incluso, antes. Ni el árbitro ni el VAR quisieron corregir el error en el claro penalti de Ramos sobre Guido. El asistente levantó el banderín cuando el balón venía de un rival y, además, el argentino estaba en línea. Pesó la caída precedente de Ramos ante Marcone.

El Elche aguantó con vida hasta el tiempo añadido y sólo sucumbió ante el magistral gol de Benzemá. Poco se puede hacer ante esa magia, como sucedió con Messi en el Camp Nou. En las estadísticas quedará una nueva derrota, pero para los ilicitanos debe ser una victoria moral. Por este camino la permanencia es posible.