Florentino tiene ahora la palabra
Pues sí. Ramos ya está aquí, de vuelta, y viene pisando fuerte. Ha hecho coincidir su regreso con una comparecencia múltiple ante los medios que duró una tarde entera y que deja la pelota en el tejado de Florentino. Ya sabemos, porque lo ha dicho él mismo, que se ve jugando cinco años más, hasta el Mundial de 2026. Y estoy seguro de que lo conseguirá porque, si algo caracteriza al capitán, es su fe inquebrantable. Entre otras cosas, esa fe es la que volvió a poner al Madrid en la senda de la conquista de la Copa de Europa. Fue en el minuto 93 de Lisboa. "Me merezco salir por la puerta grande", dice. Y no le falta razón.
Ramos tenía muy meditado su mensaje. "Santiago Bernabéu decía que no hay jugadores jóvenes o viejos, sino buenos o malos". Bien traído. Su sitio está aquí, en el Madrid. El último mito blanco que colgó las botas en el club fue, precisamente, Zidane. Antes que el Hierro no pudo hacerlo. Y después, Raúl, Casillas y Cristiano tampoco. Y cuidar a sus leyendas es cuidar la propia historia de la entidad.