Luis Suárez: confiar a pesar de todo y todos

Existen muchos tipos de remontadas: épicas, tácticas, inesperadas, accidentales. También remontadas personales, como la de Luis Suárez. Todas tienen algo en común: no se gestan en el campo, sino en la cabeza. Mantener la mente enfocada en la victoria no es tarea fácil. Especialmente cuando a un jugador conjurado para ser decisivo en su club se le retira la confianza sin aparente motivo. Cuando el FC Barcelona perdió la confianza en Suárez, lo más lógico hubiera sido que él mismo perdiera la suya. Otros lo hubieran hecho. Pero, por suerte para todos, no fue así. Suárez no es como otros.

Durante esta temporada, vive su particular remontada personal y profesional. Cada partido es una reivindicación a la confianza como combustible del jugador. No solo la que el Atlético de Madrid le depositó en su momento. Sino la que no le ha abandonado en ningún partido y que ha alimentado ajeno al ruido y la presión. Pese a su reciente sequía goleadora -resarcida en el derbi de ayer-, Suárez no es un jugador necesitado de confianza. Él ya la tiene. No la perdió, ni siquiera cuando se gestó ‘el regalo’ que le hizo el Barça al club del Cholo Simeone.

El uruguayo ha superado la adversidad (un club que ya no le quiere –aunque igual sí lo necesitaba-) a base de confianza. Una confianza que vino de dentro, pero también de fuera. Quien en su momento resultó ser prescindible en el FC Barcelona, hoy es imprescindible en el equipo colchonero. No es casualidad. Su confianza le ha valido su reivindicación deportiva y profesional, construida desde dos perspectivas:

En primer lugar, para construir su relación con un entrenador al que respeta y con el que ha establecido una conexión perfecta: el Cholo. La confianza está muy relacionada con la autoridad. Si un jugador confía en que su líder sabe, le otorgará autoridad. Si, por el contrario, pierde esa confianza y descubre que realmente no sabe lo que decía saber, dejará de conferirle esa autoridad.

En segundo lugar, en el desarrollo de su talento y potencial. La confianza expresa el nivel de vulnerabilidad que sentimos. Es decir, cuánto más confianza existe, nos sentimos más seguros, más protegidos, menos vulnerables. Cuando no tenemos confianza, nos sentimos más amenazados, más expuestos al riesgo. La falta de confianza incrementa el miedo. Y eso incluye el miedo al fallo.

Sentir confianza o desconfianza enfoca al jugador a realizar unas determinadas acciones u otras que derivarán en resultados distintos. Todos los deportistas pueden tener altibajos en su confianza. Pueden fallar, una vez, dos veces, decenas o miles de veces. Pueden atravesar una crisis goleadora, etc. Pero siempre volverán a intentarlo una vez más, pues están firmemente convencido de que pueden conseguirlo.

La confianza, sin embargo, es un elemento que conviene mesurar. No es lo mismo tener una elevada confianza que una excesiva confianza. El primero se exigirá al máximo para conseguir un objetivo, al margen de la consecución del mismo. El segundo puede no exigirse como debiera y, debido a su exceso de confianza, no llegar nunca al máximo de su potencial. Entonces no hablamos de exceso de confianza, sino que sería más exacto denominarlo ‘falsa confianza’.

¿Por qué la confianza es el ‘superglú’ imprescindible para ‘armar’ una mentalidad ganadora?

1.- La confianza es el motor que impulsa a la acción. Nadie aprieta un interruptor sin esperar que haya corriente. Por ello, confianza y acción se retroalimentan. La confianza impulsa al jugador a actuar.

2.- La confianza activa emociones y pensamientos positivos. Si un deportista está confiado en conseguir su objetivo, sus pensamientos y emociones serán positivas.

3.- Aumenta la concentración. Un deportista con confianza está concentrado en la actuación. Mientras que un deportista con falta de confianza estará centrado en evaluar si su actuación está siendo correcta o no, y en que piensan los demás sobre la misma.

4.- Incide en la consecución de los objetivos. Un deportista con una elevada confianza se fijará metas desafiantes. Un deportista sin confianza se fija metas fáciles y no se exige al máximo de sus posibilidades.

Tener confianza es relativamente sencillo. No perderla es lo verdaderamente complicado, especialmente cuando se genera un exceso de presión a tu alrededor, como le sucedió a Luis Suárez. ¿Cómo mantener el foco, acallar el ruido mental y caminar firme hacia tus objetivos? En este artículo profundizamos en la autoconfianza. ¿Cómo desarrollar una confianza de acero en competición?

Como dijo Paul Bryant: «No es la voluntad de ganar lo que importa, todo el mundo tiene voluntad de ganar. Es la voluntad de prepararse para ganar lo que verdaderamente importa».