El Getafe llega con Unal y Mata como amenazas
Partido de armas tomar el de mañana en Zorrilla ante el Getafe. La lucha por no descender va a ser encarnizada y el Real Valladolid está condenado a participar en ella, previsiblemente hasta el último minuto de la competición. Todavía escuece esa última jugada del pasado domingo en Vigo, pero las mejores sensaciones ofrecidas por el equipo de Sergio González deben servir de incentivo para romper la racha de ocho jornadas sin lograr la victoria. Es una situación similar a la de la primera vuelta cuando tras estar ocho partidos sin ganar, en la novena jornada ante el Athletic llegó el triunfo y después el de Granada para aliviar los problemas del equipo pucelano. Eso mismo es lo que se busca ahora, ganar y escapar. Empieza a ser ya de necesidad un triunfo que quite presión y aporte confianza al grupo. También Sergio lo necesita. Su crédito es tan mínimo que sólo la decisión de Ronaldo de mantenerlo le salva de la destitución. No le quedan ya más apoyos y necesita revertir la situación para que toda la presión y las miradas, que se volverían hacia el presidente, no hagan al brasileño cambiar su decisión.
Y para jugarse tanto no parece el Getafe el mejor rival. Equipo que no lo está haciendo bien, pero que tras su victoria ante el Valencia parece haber tomado aire. La baja de Cucurella es importante, pero tiene mucho fondo de armario para su sustitución. Y todo apunta a que Mata y Unal estarán jugando en punta. Dos ex blanquivioletas que no tendrán piedad de su antiguo equipo y que se presentan como una amenaza real para el partido de mañana en Zorrilla. Mata sigue siendo un jugador idolatrado a orillas del Pisuerga. Unal, muy criticado a veces, siempre dio la cara y fue importante en las dos anteriores permanencias. Un buen profesional.
Pero más allá de quien juegue, de quien regrese a Valladolid, de la alineación que decida Bordalás, el Real Valladolid debe pensar en sí mismo y dejar de agigantar la figura de sus rivales. A los contrarios hay que tenerles un gran respeto, pero no miedo. Centrar toda la estrategia en función de las virtudes del rival puede acabar por minimizar las propias. Es hora de que el jugador del Valladolid se sienta más importante que el contrario. Sin embargo, cuando vemos al equipo plantarse en el campo, da la sensación de que ocurre todo lo contrario, se plantean los partidos en función del rival.
Vamos a ser positivos. Vamos a confiar en una reacción del Valladolid y en que pueda lograr la victoria. Hay mucho en juego. Hay tiempo todavía. Se trata de dar primero sin mirar al resto. Pero las oportunidades no serán eternas y se van escapando. No va más. Jornada para dar la cara en Zorrilla con acierto y concentración.