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Zidane, Simeone y los desmemoriados

Respeto reverencial. Zizou y el Cholo no sólo se respetan, también simpatizan. Se les nota en cómo hablan el uno del otro, incluso en su natural manera de saludarse cada vez que se enfrentan. No sólo comparten una pasión desde los banquillos sino la presión añadida de una exposición brutal, de ser los auténticos portavoces de sus clubes al menos cuatro veces a la semana y, sobre todo, de estar permanentemente cuestionados como entrenadores, hagan lo que hagan. Habrá quien piense que no se le paga al cantante de ópera por aclararse la garganta. Vamos, que todo esto lo llevan en su sueldo y no tiene demasiado mérito. El salto en la historia reciente de Real Madrid y Atlético no podría entenderse sin estos dos personajes singulares en su distinta manera de sentir y vivir el fútbol, pero dos casos de éxito de manual, le pese a quien le pese. La historia les colocará en el olimpo de los que cambiaron para siempre la historia de sus clubes. Mientras tanto, al menos los desmemoriados, podrían reparar en lo difícil, casi imposible, que será repetir sus colosales trayectorias.

La sentencia liguera. En ese cruce de caminos que suele ser el derbi, el Atlético sabe que una victoria valdría más de media Liga. La duda es saber si Simeone, en otra final, será capaz de dar el paso adelante que tan buenos réditos le ha dado en la presente temporada con Luis Suárez cerca de Courtois o si preferirá a su equipo cerca de Oblak, un fantasmal recuerdo en los partidos vitales frente al Madrid. Las pobres prestaciones en el exilio de la Champions ante el Chelsea invitan a pensar que veremos la versión ofensiva del equipo rojiblanco y las consignas de evitar las temibles jugadas a balón parado del eterno rival, donde el guante derecho de Kroos provoca jaqueca en sus rivales.

El regreso del nueve. Zidane respira con Benzema ya asomando en los entrenamientos grupales. Con Mariano en la enfermería y Jovic en el Eintracht, la ausencia de delanteros está suponiendo un auténtico drama viendo la sideral distancia entre los 17 goles de Karim y los 6 de Casemiro, segundo artillero del equipo. No es más que el vivo retrato del tremendo vacío goleador del Real Madrid, cada temporada más exacerbado desde la salida de Cristiano Ronaldo. El Madrid se volverá a encomendar a su sala de máquinas y el más que probable retorno a la titularidad de Vinicius para aprovechar su velocidad por el flanco débil de la defensa rojiblanca.