'Calma chicha'
'Calma chicha' es una expresión marinera que define la falta de viento que llegaba a desesperar a los navegantes, cuando su barco quedaba sin propulsión en las velas durante días; la adaptación al lenguaje común no se hizo esperar y se aplica a situaciones en las que la quietud se hace agobiante. Esta semana previa al partido ante el Celta se podría decir que ha sido de una tensa calma. Parece que se haya acordado una tregua hasta ver que ocurre en Balaídos, cita que más se asemeja a un ultimátum que a una fecha normal del calendario liguero.
Esa tensión se masca en el ambiente y se convierte en pesimismo cuando se echa la vista atrás, y aunque se trate de ser positivo y optimista en semejante tesitura, lo cierto es que un pesimista es un realista con información y que, como gato escaldado, huye del agua.
Quien más y quien menos esperaban una reacción no sólo de la plantilla y del cuerpo técnico, sino también de la directiva con Ronaldo a la cabeza, más allá del refuerzo y la confianza mostrada. La paciencia parece infinita y reuerda a esa 'calma chicha'... veremos hasta cuando.
El equipo ha entrenado de forma normal, transmitiendo sus jugadores en sala de prensa un mensaje de tranquilidad y confianza, pero todo eso ya sólo queda avalarlo con resultados sobre el césped de Vigo. Todo lo demás serán brindis al sol. Ya no es tiempo de palabras sino de obras, es el momento de aprovechar cada partido y de cambiar el paso. El problema es que este momento es semejante a otros muchos que se dieron durante la campaña y que acabaron en fiascos más o menos ruidosos.
Hay que intentar ser positivos y pensar en que hay muchos implicados en la pelea por eludir el descenso, el problema es que 'mal de muchos, consuelo de tontos'. Las matemáticas hablan de necesidad y la necesidad de goles, y los goles propios hablan de evitar los encajados... todo ello muy fácil de decir y parece que este año para el Real Valladolid, muy difícil de hacer.
Esa 'calma chicha' parece pactada hasta el momento en que Medié Jiménez pite el final del partido en Vigo. Una nueva derrota abrirá la Caja de Pandora que lleva sin cerradura y con rendijas desde hace semanas, mientras que una victoria sería el Bálsamo de Fierabrás que imaginó Cervantes en el Quijote, bálsamo que no sanaría al enfermo, pero le dejaría en disposición de ser positivo... veremos el domingo a partir de las 14:00 horas que es lo que ocurre, si sigue la calma o es simplemente lo que precede a la tempestad.