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Simeone y el teorema de la manta corta

Al Atlético le toca hoy el Chelsea... en Bucarest. Cosas de la pandemia. No hay permiso para vuelos de Inglaterra a España y no se ha hecho excepción con el fútbol. Quizá se hubiera podido, dado que los equipos viajan en estricta burbuja, pero no se hubiera visto bien hacer excepción con el fútbol. Así que al Atlético le tocó poner campo fuera de España (como le pasó al Leipzig la semana pasada ante el Liverpool, o al Borussia Moenchengladbach esta, ante el City). Pensó primero en Génova, más cerca y con campo libre en la fecha, pero Simeone es muy cabulero y prefirió Bucarest, donde le ganó la final de la Europa League de 2012 al Athletic.

Aquel buen recuerdo lleva, pues, al Atlético bastante lejos para este partido que, a todos los efectos, contará como de casa, de modo que los goles del Chelsea tendrán el bonus conocido. Será, claro, lo que más deseemos en este partido, la puerta de Oblak a cero, no sólo porque es lo propio cuando se juega partido de eliminatoria en casa sino también porque de repente el Atleti ha empezado a flojear por ahí. Nunca antes, en todos los años que lleva el Cholo, había encajado el equipo gol en siete partidos seguidos. Ahora ha ocurrido. Por ahí se le ha escapado la ventaja en LaLiga. Y por ahí vienen las dudas. En ataque el equipo sigue bien.

Nada de lo que ocurre debería extrañarnos ya que hace tiempo que conocemos el sabio teorema de Tim según el cual el fútbol es una manta corta: si te tapas la cabeza te descubres los pies, y viceversa. Con Luis Suárez, Simeone mandó al equipo a alimentarle más arriba y el uruguayo ha respondido. Pero estábamos tan acostumbrados a ver la portería de Oblak a cero que han chocado esos siete partidos seguidos encajando. Hoy veremos cómo pasa la prueba del Chelsea. Esperemos que bien, porque LaLiga lo necesita. Cunde la pesimista idea de que hemos perdido nivel en Europa. El Atleti es el primero de la clase, así que juega en nombre de todos.