¿Mbappé, Haaland o ninguno?

Por mucho que el Madrid lo intente con lo que tiene, el madridismo sabe que al equipo le falta un galáctico para aspirar a cosas grandes, entre ellas, a ilusionar y emocionar a los aficionados, que es lo más grande que tiene este deporte. Aquellos tiempos de bonanza en los que cada poco un gran jugador llegaba al club son añorados por los madridistas que, huérfanos de ídolos, sueñan unánimemente con dos futbolistas: Mbapeé y Haaland.

El primero, consagrado ya en el Camp Nou, estuvo muy cerca en su día de llegar y parecía encaminado, pero ahora se complica a medida que crece su figura en el PSG. El francés es ya tan importante que esa operación desborda el factor económico, imposible calcular el coste, y dependería sobre todo de la voluntad del jugador de venir aprovechando que su contrato termina en un año. Luego está la ficha que puede pedir el francés por que, si hay subasta con otros poderosos, se acercaría fácilmente a las nueve cifras.

Haaland, que podría ser durante una década el gran goleador que necesita esta plantilla, es un objetivo igual de complicado porque no tiene cláusula de salida hasta 2022, y entonces habrá una subasta mundial por convencer al chico y a su representante, Mino Raiola, que debe estar ya preparando el borrador de un contrato millonario . El Madrid debería hacer valer su buena relación con el Dortmund y colocarse el primero de la fila. Los dos jugadores serían estratégicos para situarse de nuevo en la pole competitiva, mediática y publicitaria, pero la pandemia y las pérdidas complican ambas operaciones. Queda la opción de seguir equilibrando las cuentas y saneando la economía, que no está mal, pero otro verano sin galáctico sería frustrante.