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Madrid o Barça, y ya van doce

La Copa del Rey ACB tiene fama de ser un torneo abierto, una ventana a las sorpresas, cuatro días para soñar… Su formato ofrece mayores oportunidades que otras competiciones más dependientes de la regularidad. Esa es la teoría, el espíritu copero, el tópico previo. Y algunos ejemplos hay en su recorrido, eso es verdad. Pero luego observas el palmarés y el discurso cambia. Si te vas al cómputo global, el Real Madrid y el Barcelona dominan con 28 y 25 títulos, respectivamente. Si te ciñes al historial reciente, más fiable para sacar conclusiones, los dos clásicos del baloncesto español han acaparado las once últimas ediciones, desde que el Baskonia se coronó en 2009 y el Joventut, en 2008. Y este domingo serán ya doce seguidas, porque uno de los dos, Madrid o Barça, volverá a inscribir su nombre. Habrá Clásico.

Este año, de hecho, no ha habido sorpresas. Todos los pronósticos se han cumplido canasta a canasta. Lo más cercano a un sobresalto lo sufrió el propio Barça en cuartos ante el Unicaja, con prórroga y polémica incluidas. Pero la victoria se decantó del lado del fuerte, suele ocurrir. Y cuando este sábado se esperaba que el Baskonia podía darle la puntilla, sucedió lo contrario. Casi no hubo partido. El Madrid, por su parte, llegaba a esta edición sin la estela de favorito, inmerso en un curso más irregular que otras veces y arrastrado por un torrente de contratiempos, pero al final es el Madrid de Pablo Laso, un grupo competitivo, contagiado del alma de su entrenador. En los cuartos se temía que pudiera caer a la primera ante el Valencia, pero solventó la papeleta con solvencia, ante un rival desdibujado. En las semifinales, el Tenerife le tuvo contra las cuerdas con 18 puntos de ventaja, pero mantuvo la fe hasta completar la remontada. El Barça, a pesar del susto del viernes, lidera la apuesta, pero enfrente tendrá al Madrid de Laso, y no creo que nadie dude ya de que puede volver a hacerlo. Un Clásico siempre gusta. Por mucho que se repita.