Un Getafe con matices diferentes
Las señas de identidad. El excelente trabajo realizado por José Bordalás a los mandos del Getafe en las últimas temporadas hacía del conjunto madrileño un equipo de lo más reconocible en cuanto a estilo de juego y que conseguía algo muy difícil de lograr: que los partidos casi siempre transcurriesen por el argumento que más probabilidades de éxito les aportaba. Eras tú el que tenías que adaptarte a ese tipo de partido, prepararte para lo que venía e intentar combatir y salir victorioso con sus propias armas. Un equipo con una presión adelantada asfixiante y muy agresiva, que, o bien provocaba el robo, o que el rival tuviera que desplazar en largo para que, con una defensa muy adelantada, ganar esas disputas y llevarte el balón de nuevo hacia tu campo. Ataques desde la verticalidad y en pocos segundos, mucho centro lateral desde tres cuartos de campo y no tantos desde línea de fondo, para así estar protegido con un buen número de futbolistas ante cualquier despeje. También cargar, con muchos efectivos y bien distribuidos, el área, zonas de remate y de rechace, así como el aprovechamiento constante de los puntas, sus caídas a los costados, sus segundas jugadas o cualquier cosa que pudieran generar.
Síntomas de agotamiento. Esta temporada, los resultados y la sensación del equipo no estaban siendo la misma. Jugar contra el Getafe ya no era tanto el hecho de visitar al 'dentista' de la Liga. Una línea defensiva menos ganadora en los duelos, una presión no tan bien ajustada y unos delanteros con menos acierto, provocaron un pequeño bajón en el gran rendimiento ofrecido hasta el momento.
La respuesta de Bordalás. El entrenador azulón está buscando diferentes soluciones. Solamente con la llegada de futbolistas del perfil de Aleñá y de Kubo, que uno pudiera pensar que encajan con la idea de fútbol del Geta, ya provoca situaciones juego distintas. Ambos, que están siendo importantes desde su incorporación, son jugadores de buen pie, de tener el balón, poder encontrar espacios en una baldosa y, en el caso del japonés, desequilibrio en el uno contra uno. Además, hemos visto cambiar el hecho de jugar con dos puntas a que sean delantero y mediapunta, algo no demasiado visto en los equipos del alicantino.