Mientras matemáticamente sea posible

El título de Liga ganado por el Real Madrid en la temporada pasada se basó fundamentalmente en la solidez defensiva, con solo 25 goles encajados en los 38 partidos. Este año los errores defensivos son muchos. Contra el Levante hubo demasiados. Morales desmarcado dentro del área en el primer gol encajado, un penalti absurdo en contra, o el segundo gol en una jugada de córner, en la que se devuelve el balón hacia el centro del campo al jugador que ha sacado de esquina, que pasa a su compañero, en un lamentable dos contra uno, con Asensio en medio. No hubo ningún futbolista del Madrid que ayudara para evitar esa superioridad y, lo que es peor, no hubo nadie que gritara, sacando al equipo para dejar en fuera de juego al que recibe más cerca de la línea de fondo, como hemos visto tantas veces en jugadas como esa.

No estaba en el césped el que manda, el capitán Ramos, y solo pudo gritar desde la grada. Zidane, con el mando a distancia, tampoco tuvo su mejor día. No cambió el esquema a medida que avanzaba el partido, por ejemplo sacando a Chust por Hazard para reforzar el centro del campo, incorporando a Casemiro; y quitar en el minuto 80 a los dos hombres con más gol en los últimos partidos, Benzema y Asensio, no parece un acierto. De todas formas, la clave de ese partido fue la expulsión de Militao en el minuto 8, con un cambio de criterio sorprendente del árbitro, que en directo vio falta sin ocasión manifiesta de gol. En este equipo no valen excusas por algunos arbitrajes y los que reciben otros.

Militao es expulsado el sábado contra el Levante.

Lo repito en esta esquina: para disputar títulos esta temporada, los blancos necesitan que aterrice el Hazard del Chelsea (otra lesión ayer retrasará su llegada) y contar con todos, o casi todos, los jugadores titulares y los que aportan mucho en los minutos que juegan. Y de esos jugadores faltaban seis en el último partido: Ramos (al que más echamos de menos los madridistas y Varane), Carvajal, Valverde, Lucas Vázquez, Nacho y Rodrygo. Hay una frase muy repetida, que se dice cuando las cosas van mal, como ahora para el Madrid, y que anuncia que no se va a tirar la toalla, que se va a pelear "hasta el final" en la Liga y en la Champions. "Mientras matemáticamente sea posible". No queda otra.