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La Copa del Rey genera ilusión y la Liga, necesidad

La Copa del Rey genera ilusión. El Real Valladolid está a un paso de meterse entre los ocho mejores de la competición si es capaz de superar mañana por la noche al Levante en Zorrilla. Llegar a cuartos de Copa no se consigue todos los años y es algo que motiva a todos, club, jugadores, aficionados… pero las circunstancias en las que el conjunto blanquivioleta llega a este partido no son las mejores. La gran acumulación de bajas, el estar jugando partidos cada tres o cuatro días y la peligrosa situación que se tiene en la clasificación en la Liga, hacen que la Copa tenga una parte importante de problema para los de Sergio. Los astros se han alineado de forma retorcida y para hacer un once de garantías para mañana con varios hombres del filial y poder reservar algún jugador de cara al choque del martes ante el Huesca, se antoja complicadísimo. Soy de los que apuestan por la Copa del Rey, todavía recuerdo como se vivió en Valladolid aquella última final alcanzada o una eliminatoria de cuartos disputada ante el Deportivo de la Coruña con prorroga incluida en Zorrilla hace menso años. Me gusta la Copa, pero ahora es más problema que ventaja para el momento presente que vive el equipo pucelano.

Hay que ponerse en la cabeza del entrenador y pensar que será el viernes ante el Huesca el partido que se necesita ganar sí o sí. Y para ganar al Huesca, lo mejor ante la cantidad de ausencias existentes, es poder tener frescos al mayor número de jugadores posibles. Pero mañana hay que afrontar la eliminatoria ante el Levante y solo se deben alinear a tres jugadores del filial para no correr el riesgo de poner un cuarto y de estar a tiro de expulsión de la alineación indebida. Y si sólo juegan en el once tres del filial y con tanta baja, pocos serán los que puedan descansar para el viernes. O sea, un problema que hay que solventar como buenamente se pueda.

Porque la Liga está que arde. Dejó un sabor agridulce el punto de Valencia, pero a mí me supo mejor que el que se sumó ante el Elche. Zorrilla es el gran lastre del equipo de Sergio. Fuera compite bien y va sacando sus resultados pero en casa, como local, no acaba de funcionar. Dos triunfos de diez partidos y con el calendario que ha tenido es muy poco. En Zorrilla deben de empezar a aprovecharse más los partidos. Y el viernes llega el colista, ahora de la mano de Pacheta, más defensivo y menos dañino en ataque. Partido para ganar y para coger oxigeno que no será fácil de resolver ante un Huesca que resultará peleón y complicado. Pero en estos choques directos con rivales de abajo se va a jugar gran parte de la permanencia. Con el Huesca, en Vitoria, en Eibar, todo en tres semanas. Y, de por medio, la Copa con el Levante, ilusionante, pero como una piedra en el zapato a estas alturas y dadas las circunstancias.