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Alcoyanazo que deja tocado a Zidane

Lo de la moral del Alcoyano es más que un viejo mito incluido en el escudo y en el himno del club. Es algo vigente que anoche pudimos perfectamente reconocer cuando en el minuto 75' el técnico local, Vicente Parras, gritaba desde la banda; "¡Vamos!""¡Estamos dentro!". Quedaba un cuarto de hora y el equipo, en efecto, había llegado vivo, sin más daño que el gol de Militao, a gran centro de Marcelo, al borde del descanso. Pero avanzada la noche, los suplentes del Madrid, faltos de actividad y de confianza, reculaban. A por ellos mandó Parras a sus jugadores una vez hechos los cambios adecuados. Y así llegó el empate que condujo a la prórroga.

Así que Zidane, que ya había metido a Benzema por Mariano (aislado, alocado y con tarjeta) durante el partido, tuvo que tirar para la prórroga de crema de la plantilla e hizo comparecer a Kroos, Asensio y Hazard. Pues con todo y eso, el Madrid no pudo batir al veteranísimo José Juan (41 años, rapidez de joven y seguridad) y sin embargo encajó un primor de gol cuando el Alcoyano ya jugaba con diez, por expulsión de Ramón, cuya fogosidad le hizo ver dos tarjetas. Noche feliz del Alcoyano, de las que colgará en la pared de las mejores hazañas de su historia, y bochorno para el Madrid. Un bochorno de los que quedan. Hará daño, no cabe duda.

La Copa se dibujaba como una posible escapatoria para el Madrid esta temporada ya sin Supercopa, con el Atleti disparado en LaLiga y con una plantilla con la que cuesta ir por Europa. Pero voló. La dejó escapa un equipo suplente que no fue mejor que un Segunda B. No supo, como les pasa con tanta frecuencia a los titulares, abrir una defensa muy cerrada, no tuvo fondo para aguantar todo el partido a tope y concedió atrás. Zidane se ha jugado una competición con el carrito del pescado después de semanas y semanas de no contar con ninguno de ellos. No se puede despreciar la Copa y Zidane lo hizo, jugándosela con un grupo en el que no cree.