El Madrid de Tavares y... Laprovittola
El Real Madrid ha perdido dos de los tres partidos que ha disputado en lo que va de año en la Euroliga, ambos en casa, ante el Milán y el Estrella Roja. El tercero, que sí lo ganó ante el Bayern, lo hizo con la agonía de una prórroga. No es una racha esperanzadora, aunque tampoco un motivo para montar un gabinete de crisis si recordamos que el arranque fue bastante peor, con un balance de 1-4 que luego remontó hasta las primeras plazas. Hoy, en la víspera de la 21ª jornada, ocupa el tercer puesto, aunque es una ubicación engañosa, tanto si miras hacia arriba como si oteas hacia abajo. El Madrid se encuentra a dos victorias del líder, el CSKA, pero también a dos derrotas de quedar fuera del corte para los playoffs. Todavía faltan 14 jornadas. Hay tiempo para lo mejor y para lo peor.
El Real Madrid juega este jueves ante un Maccabi al alza, mal rival para salir del agujero. Y lo hará con dos bajas relevantes, las de Sergio Llull y Rudy Fernández. Dos ausencias notables, más en esta época en la que el menorquín debe asumir el timón como base tras la marcha de Facundo Campazzo. Mientras que el Facu pinta poco de momento en los Denver Nuggets, aquí su compatriota Nicolás Laprovittola ha tenido que subir galones hasta convertirse en una pieza fundamental en la jerarquía blanca: juega más, anota más, asiste más… Ha pasado de tener un pie y medio fuera en el último verano, y de contar escasamente para Pablo Laso al inicio del curso, a transformarse en un referente del juego. Hay que adaptarse. A falta de refuerzos, y tras la operación fallida de Thomas Heurtel a corto plazo, Laprovittola se erige en un jugador clave, junto al colosal Edy Tavares, que no es un base, obviamente, pero que ahora debe cargar con más minutos y con más responsabilidad porque es el gran líder, el líder único. Con eso tiene que competir el Madrid. Y lo hará.