El vivac que nunca duerme
Dicen de Nueva York que es la ciudad que nunca duerme, que salgas a la hora que salgas a la calle hay un movimiento constante de coches y de gente a todas las horas del día. Pues el vivac del Dakar es su homónimo, pero en el desierto. Vale, aquí en lugar de los enormes rascacielos que dibujan el skyline más famoso del mundo lo que son todo carpas, y más que una 'Gran Manzana' es un 'Gran Secarral', pero ocurre exactamente lo mismo. Desde que se llega a primera hora de la mañana hasta que se abandona en la siguiente madrugada, no hay ni un solo momento de descanso.
Organización y Prensa somos los primeros en dar vida a las zonas comunes. Luego, poco a poco, los camiones de los equipos van llegando a sus zonas designadas en el enorme párking que hay a los lados para instalar sus carpas y construir el verdadero vivac. Aunque hay etapas en las que no les da tiempo a tenerlo todo preparado para recibir a sus pilotos. La tarde/noche es el momento de mayor apogeo ya con los protagonistas por aquí. Duchas, cenas y a la cama. En ese orden, pero no todos al mismo tiempo, claro. Por eso el trasiego es continuo, y también cuando tienen que marcharse de madrugada mientras algunos intentan dormir entre ruidos de generadores...