¿El golpe definitivo?
Al Attiyah logra su quinta victoria de etapa, pero solo resta dos minutos a Peterhansel y saldrá al último día a 15 de distancia. Sainz, tercero.
Como en el cuento de los tres cerditos. Por muy lobo que seas y por mucho que te dejes los pulmones soplando sin parar, si das con la casa de ladrillo no las vas a derribar. Y la que ha construido Peterhansel a lo largo de todo el Dakar tiene buenos cimientos. Tanto es así, que ni el temporal que llegó en la penúltima etapa pudo acabar con su sólido liderato, ese que cogió el segundo día y no ha vuelto a soltar desde entonces. Si acaso, le hizo una pequeña muesca de dos minutos, los que pudo recortarle Al Attiyah.
Y cuando hablamos de temporal lo hacemos de forma metafórica, para ilustrar la dificultad que tenía la especial de 464 kilómetros con todo tipo de terrenos, pero también literal, porque cayó un aguacero tremendo en Yanbu, localidad en la que concluía la jornada. Quizá fuese por eso por lo que el francés dejó escapar esa ventaja en el tramo final, donde llegaba con 38 segundos sobre Nasser y acabó a 1:56 del qatarí, por lo que cedió más de dos minutos y medio. Uno necesitaba arriesgar más que el otro y el agua lo sacó a relucir.
Así, Peterhansel y Al Attiyah afrontarán el final del Dakar con 15 minutos de diferencia entre ellos, más que suficiente para que el galo pueda gestionarla en los últimos 225 kilómetros cronometrados y levantar el que sería su nada menos que su 14ª triunfo en el rally raid más duro del mundo. Puede haber dado el golpe definitivo, eso sí, no debería confiarse, porque ya sabemos que esta carrera no lo permite y nunca se puede descartar tener un susto hasta que cruzas la meta. Veremos cómo se resuelve desde la distancia, al igual que Sainz.
El madrileño llegará al último día sin opciones salvo una catástrofe que no se espera, pero lo hará tras una etapa en la que no dejó de estar en cabeza pese a dos pinchazos y acabar sin parte del techo del Mini (lo arrancó el alambre de una valla que no vio). Incluso llegó a liderar algún waypoint, pero cedió un poco al final como su compañero y acabó a 2:26 de Al Attiyah, quien, por cierto, sumó quinta victoria. A más de una hora por detrás, a Carlos solo le queda animar a Stéphane para que el triunfo vuelva a celebrarse en Mini e intentar disfrutar de la acción final. Sí, poco para lo que soñaba.