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Masip hace pequeño al Valladolid

Valladolid

No hay manera de que el Real Valladolid pueda dar dos golpes seguidos encima de la mesa. Es como el baile, un paso adelante y otro hacia atrás. Consecuencia, otra vez con el descenso a un paso y dando vida a rivales directos que estaban por detrás en la clasificación. El Valencia resucitó en Zorrilla y fue mejor que los pucelanos aunque el empate también pudo darse. Pero era mucho soñar después de ver a un equipo blanquivioleta tímido en el primer tiempo y descubierto, una vez más, en la portería. Masip, portero pequeño, el más bajito de la Liga y el que menos pesa, flotó sin control mientras el balón disparado al centro de la portería por Soler no encontraba oposición para alojarse en la red. En un partido igualado, si regalas el primer y único gol del encuentro, estás muerto.

Es verdad que el catalán hizo dos buenas paradas en la primera parte, como podía también haberlas hecho Roberto. El problema es que en la jugada del gol falla clamorosamente y mi sensación es que a Roberto no le hubieran hecho ese tanto con esa facilidad. Masip sigue costando puntos. Alguno ha dado, como todos los porteros de la Liga les dan puntos a sus equipos. La clave es que luego no te los quite y Masip sí lo está haciendo. Su titularidad suena a capricho incomprensible de Sergio.

Y digo incomprensible porque Roberto fue el mejor jugador del mes en el que jugó y luego se fue injustamente al banquillo. Masip, uno de los 'sobrinillos' predilectos del técnico, recuperó, en cuanto estuvo disponible, su sempiterna titularidad. Y todo en pleno debate dado que gran parte de los aficionados no entendió la decisión de relegar a un Roberto al que también le costó encajar la decisión de Sergio, respetable, pero para mí, insisto, incomprensible, injusta y perjudicial para el equipo.

El fútbol moderno está lleno de porteros altos y fuertes, con cuerpo, con envergadura para imponer por arriba, sin pérdida de agilidad y que tapen portería. No es lo mismo probar un lanzamiento a puerta con un bigardo de 1,90 que con un portero que apenas llega al 1,80 y pesa 70 kilos. La portería no se ve igual de grande en los dos casos. Eso le debió pasar a Soler, que vio mucha portería libre y se animó a tirar por el centro.

El Valladolid tiene un problema en esa demarcación que tenía que haber solucionado en verano, que parecía haber solucionado con la llegada de Roberto, pero que permanece latente. Da igual que venga Roberto, que venga Lunin o que podamos recuperar para la portería a Casillas. Siempre juega Masip y el problema continúa.

Y desperdiciada la posibilidad de sumar ante el Valencia, ahora es más necesaria que nunca la victoria ante el Elche, un rival directísimo. Salir a jugar sin la ambición necesaria ante los alicantinos sería cometer un grave error. Tras nueve partidos jugados en casa y sol dos victorias, se vuelve más necesario que nunca tratar de volver a ganar y cerrar la primera vuelta con 21 puntos, en la media de la permanencia