¡Que se quede, que se quede, que se quede!

Don Luis Suárez le regaló al Barça ayer en Carrusel el grito de guerra de la temporada, dedicado a Messi, el más inteligente de sus discípulos, aunque no estuviera en el mundo cuando el ilustre gallego señaló el camino de lo que debe ser un delantero del Barça. Cuando el de Rosario marcó uno de esos goles que lo hacen héroe del presente, acostumbrado igual a la decepción que a la gloria de su equipo favorito, gritó don Luis: “¡Que se quede, que se quede, que se quede!”, y Dani Garrido amplificó el micrófono para que este eslogan formara parte de los mejores gritos que ha conocido el fútbol del Barça. Tras aquel triste 2-8, ese grito estimula el eslogan de la temporada: que Messi sea eterno y azulgrana. Que el eco dure será señal de fútbol.