Marcos Llorente y Vitoria
Marcos Llorente marcó época en Vitoria. Mendizorroza estará siempre en su corazón y, quizás por eso, no fue muy expresivo en la celebración del 0-1. En la capital vasca hizo buenas migas con Ibai Gómez, hoy en día casi intrascendente en el Athletic y jugó muchos minutos al lado de Manu García, que ayer le dejó algún que otro recadito. En plan amistoso, pero marcando terreno.
A Marcos le llamaban el “Marquesito de Armentia”, porque Ibai se quejaba de que siempre tenía que ir a su casa a hacerle la cena. Armentia es la zona más exclusiva de Vitoria, en la parte alta, relativamente cercana al estadio de Mendizorroza y a la ciudad deportiva de Ibaia. Llorente fue feliz pero estaba claro que tenía mimbres para recalar en clubes con más aspiraciones que el Alavés. Seguro que siempre tendrá un hueco albiazul en su corazón. Rojiblanco o blanco, por referencias familiares.
Hablando del color blanco, espectacular el comportamiento de los operarios de Mendizorroza para retirar la nieve y el hielo en apenas unas horas. Vitoria estaba cubierta por el manto blanco y el campo de fútbol mostró un estado envidiable para jugar a este deporte. John Stewart es un escocés que lleva varios años en la capital alavesa y que dirigió a la perfección a los quince operarios que doblaron su espinazo para conseguir el objetivo de habilitar la instalación, como al final así ocurrió.