João, cuanto más cerca de Suárez, mejor

Cuando la seriedad, control y contundencia eran las grandes virtudes del Atlético en Vitoria durante 84 minutos, con 0-1 llegó la jugada surrealista del partido. Felipe, que llegaba bien al corte, ponía el balón a la escuadra en propia portería, empatando un partido donde los del Cholo, con la posesión de la pelota y sin caer en el desespero, miraban con incredulidad un marcador que reflejaba 1-1, con Oblak sin haberse manchado los guantes. Ya por entonces estaba João en el terreno de juego. Un Menino que desesperaba con sus pérdidas de pelota arriesgando en demasía y buscando el más difícil todavía, es como si después del contratiempo físico que tuvo, de nuevo haya habido una desconexión en su máquina de confianza.

Del portugués necesitan los rojiblancos que de nuevo se quede ronco pidiendo la pelota en tres cuartos de campo. Es cierto que entró por la derecha en el sitio de Correa y, para mi gusto, cuanto más cerca esté de Suárez, más optimista soy con la jugada. El charrúa y el portugués salieron al rescate en los últimos minutos con una jugada rápida y precisa, es lo que tiene tener gente que marca la diferencia. El 7, que medio segundo antes había levantado la cabeza, ponía un balón tenso con empeine (¡ahí está la clave!) que le restaba posibilidades a Pacheco para sacar la pierna. Y lo pudo aprovechar (¿quién si no?) el uruguayo, que lleva 9 goles en 13 disparos, para redondear unos números alucinantes a día de hoy.

Se está hablando, y con razón, de la posibilidad de traer a alguien para que lo dosifique en momentos determinados, yo no descartaría en caso de que no llegase alguien, probar con João como falso 9, su olfato y precisión harían de ello una posibilidad que a mí me pide el cuerpo. Por cierto, gran noticia la de Lemar. El francés es un ejemplo. Con y sin balón, ha convertido lo esporádico en cotidiano. Y quiero poner un pequeño pero para terminar: en partidos control, en los que debes llevar la iniciativa del juego sí o sí como el de Mendizorroza, me gusta más Koke con alguien que le guarde la espalda. El capitán canterano surte mejor y más rápido a la gente de arriba jugando un peldaño más arriba.