Una maldición que alcanzará los 47 años

La maldición del Granada en territorio blanco alcanzará los 47 años. El duelo de anoche no le dio para acabar con el gafe, pero sí para torcerle el gesto a Zidane durante más de medio partido. El susto pudo ser serio si Puertas hubiese tenido bien ajustado el punto de mira en la primera jugada. Falló con el estoque Puertas y el VAR no consideró suficiente el agarrón de Casemiro a Yangel, pero sólo Asensio fue capaz de encontrarle una grieta al plan de Diego Martínez.

El técnico, alma de este Granada que está reescribiendo su historia, tiene de nuevo a su equipo a gran nivel. Las secuelas del infernal calendario (van 24 partidos oficiales) y del coronavirus (una decena de positivos) hicieron mella. Aun así, el Granada vuelve a lucir piernas y se mantiene fiable y competitivo. Le quedan muchos desafíos por delante. Aunque el de volver a ganar en Madrid sigue pendiente.