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Messi ha encontrado su socio en Pedri

Caray con el Atlético. En Anoeta soltó otro partido solvente, confirmando una seguridad de resultados que sólo le falló ante el Madrid. Sólo aquel mal día autoriza aún a decir a Simeone que su equipo no es favorito, porque si llega a ganar al Madrid andaríamos pensando que LaLiga estaba cerrada, o poco menos. Este Atleti tiene seguridad en su juego y una plantilla profunda y homogénea. Es un equipo para las cuatro estaciones. Favorito no, porque está el Madrid ahí y, en efecto, quedan 25 jornadas, como recuerda el Cholo. Pero es el coco en este momento del campeonato. El Madrid también está ganando mucho, pero le cuesta más.

Después del Atleti compareció en Valladolid el Barça, con su uniforme sicodélico y un dibujo nuevo: tres centrales, Dest y Jordi Alba sueltos para llegar, Pjanic guardando la viña, De Jong con libertad para subir, Braithwaite en punta y Pedri como socio de Messi. Pedri se ha convertido en la aparición más interesante del campeonato, el jugador revelación que cada año se busca. Dejó cosas desde su primera aparición y está claro que Messi le disfruta como socio. Se entienden, y la aparición de este chaval canario con tanto encanto como sacrificio ha contribuido a desarrugar el ceño de Messi, al que volvemos a ver a gusto con el fútbol.

La decisión implicó dejar fuera a Busquets, Griezmann y Coutinho, casi nadie al aparato. Pero el modelo facilita la mejor versión de los once que jugaron y gracias a él vimos por fin un buen Barça esta temporada. Messi, en su nueva versión de organizador con panorama capaz de salpicar apariciones para el remate. Estuvo en los dos primeros goles y marcó el tercero, recibiendo un taconazo de Pedri. Hubo muchos encuentros entre ambos, pero éste los sintetiza todo. Messi juega a gusto cerca de este chico, que por su parte es un libro abierto. Pequeñas sociedades hacen grandes equipos, decía Menotti. Ahí hay una. Koeman respira tranquilo.