El kárate muere antes de nacer
La exclusión olímpica del kárate para los Juegos de París 2024 se ha consumado. Una muerte producida antes de nacer. Su debut en Tokio 2021 será también su despedida. No parece muy justo. El COI ha decidido ratificar la propuesta de los organizadores franceses, ya conocida desde febrero de 2019, de dejar fuera este arte marcial en sustitución del breakdance. Sin necesidad de entrar en comparaciones, hay que entender la indignación del kárate de ver esfumado su sueño olímpico con sólo una presencia, porque la ejecución se ha producido antes incluso de haber demostrado su potencial deportivo en el programa de unos Juegos. Y le ha dolido especialmente que la decisión haya venido de Francia, un país donde este deporte tiene arraigo y uno de sus principales torneos: el Open de París. Para España también es una mala noticia, porque el kárate es un terreno donde cosecha éxitos internacionales. Sandra Sánchez y Damián Quintero son candidatos firmes al oro en Tokio. Quizá en 2024 ya no estén operativos, pero sus sucesores se encontrarán la puerta cerrada.
La decisión sigue la línea de reclutar disciplinas jóvenes y emergentes, lo que también equivale a futuros mercados. La tentación no es nueva, ya se vivió con el snowboard o el BMX, pero crece con la inclusión del surf, la escalada y el skateboard, que se estrenarán en Tokio y repetirán en París, y ahora con el breakdance, la gran novedad en 2024. Esa mirada a largo plazo, que por cierto no tuvieron con el kárate en los 80, en pleno auge con Bruce Lee de fondo, muestra una buena estrategia del COI, que no quiere quedarse anclado, que quiere caminar con las tendencias populares. No hay que cerrarse a eso, al contrario. Pero, ya puestos, no estaría de más una revisión completa del programa olímpico, una criba realista. ¿O ustedes conocen a alguien que practique el pentatlón moderno?