En el trono de Márquez y Rossi

Hace tres años, después de arrasar en el Mundial de Moto3 con diez victorias y 12 podios sobre 18 posibles, Joan Mir visitó la redacción de AS. A sus entonces 20 otoños, Mir sorprendió a quienes no le conocíamos por su simpatía, su frescura, su espontaneidad, pero sobre todo por sus ideas claras, por esa cabeza tan bien amueblada a pesar de su corta experiencia, porque en aquella fecha sólo llevaba dos temporadas en el campeonato, donde se estrenó bastante más tarde que otras estrellas. El balear debutó con 18 años, mientras que Marc Márquez y Jorge Lorenzo lo habían hecho con 15. Ha empezado después, sí, pero ha aprovechado bien el tiempo, porque se ha coronado en la categoría reina antes que esos dos referentes, con sólo cinco campañas en su haber. Mir arrancó tarde, pero aprendió rápido.

Durante aquel agradable encuentro, el mallorquín entró en el juego de las comparaciones con los campeones de la época: Me veo más en Valentino Rossi que en Marc Márquez. Con Marc comparto la agresividad, la adaptación rápida a situaciones complicadas… Pero me parezco más a Valentino, que nunca ha sido piloto de poles, aunque haya hecho muchas, sino de carreras”. Este curso ha sido un buen ejemplo, porque Mir no ha logrado ninguna pole, pero ha sabido gestionar la competición mejor que nadie, con siete podios y con un triunfo en el momento clave del Mundial. Este domingo corrió con la calculadora, sin meterse en líos, y sobre todo con una gestión inusual de la presión, la que no han sabido manejar los demás en el campeonato más incierto. Y lo ha hecho dentro y fuera de la pista, porque este año también había que sortear al virus. Mucho estrés. Ha sido el mejor en una temporada en la que parecía que nadie quería serlo. Mir se ha sentado en el trono de Márquez… y de Rossi. Ya no hay lugar a las comparaciones. Joan Mir ha pasado a ser Joan Mir. El nuevo rey de MotoGP.