Hace apenas un par de días me preguntaba yo, en este mismo espacio, por la desaparición de la escena pública de los doctores de Marc Márquez. No lo hacía por despertar ninguno tipo de suspicacia, simplemente advertía de lo que podía ocurrir... aunque no esperaba, la verdad, que fuera tan pronto. En Italia hablan sin tapujos de la posibilidad de una nueva intervención quirúrgica del catalán y señalan a Andrea Dovizioso como su sustituto en Honda si la recuperación es más larga de lo que se prevé. El italiano reconoce que negocia con la marca para ser su probador y me da que por ahí viene la filtración: los japoneses le tientan con un puesto de tercer piloto adornado con una opción de seguir compitiendo si las cosas se tuercen para el español.

Honda, como es previsible y comprensible, niega la mayor y apela a la paciencia en un caso que claramente se ha enredado. Lo mismo ocurre con el propio piloto y su entorno, sin duda porque no les queda otra. No dicen mucho más... porque poco más pueden decir. El mutismo médico es lo que más me sorprende, que ninguno de los especialistas que le atienden despeje dudas sobre lo sucedido, no ya lo que puede pasar. Es evidente que Márquez está valorando todas las alternativas, recabando otros criterios médicos y que una tercera operación dista de ser un disparate. Lo importante es que los especialistas se aclaren cuanto antes porque el tiempo vuela. Acaba el Mundial 2020 y el siguiente lo tendremos reclamando atención sin casi percatarnos.