Ramos y la propaganda
Cuando marca Ramos, el tanto es glosado por su "aparato de propaganda" como si, más que para el Real Madrid, lo hubiera conseguido para la negociación al alza de su nuevo contrato.


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Que la carrera de Sergio Ramos es magnífica y que ha sido uno de los fichajes más rentables que ha hecho nunca el Real Madrid son cosas indudables. Su espíritu competitivo y su ansia deportiva son un ejemplo para los que vienen detrás, aunque a veces su excesivo afán de protagonismo le haya jugado alguna mala pasada. Siendo como es un figurón madridista y estando a un buen nivel físico para su edad, al club le conviene alargar el contrato del camero y a Sergio seguir estirando su leyenda y cobrando como los mejores, porque así le ha pagado siempre el Madrid. Pero mirando al futuro, es impepinable que un defensa de treinta y cinco años, con los que terminará su actual contrato, no puede tener la proyección y el crecimiento que tenía hace diez, y por mucho que las penurias goleadoras del equipo le hagan ponerse en ocasiones el traje de delantero, no es un balón de oro mediático. Por cierto, que cuando marca, el tanto es glosado por su "aparato de propaganda" como si, más que para el Real Madrid, lo hubiera conseguido exclusivamente para la negociación al alza de su nuevo contrato.
Promociones mediáticas al margen, parece que Florentino y Ramos se entenderán a solas y llegarán a un acuerdo, sin que haga falta poner sobre la mesa una ridícula oferta de China como la última vez. Existe una tendencia traumática en la salida de los veteranos mandamases del vestuario blanco, como si no pudieran irse sin ruido y tensión: pasó con Casillas, Raúl, Hierro… Ramos debería terminar bien y no permitir que los adulones le hagan creerse eterno.





